
La unidad 3 de la Central Termoeléctrica “Carlos Manuel de Céspedes” en Cienfuegos fue finalmente sincronizada con el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) este viernes 2 de mayo, casi tres semanas después del plazo comprometido por la Unión Eléctrica.
La reactivación de la planta ha sido presentada como un “logro del colectivo obrero” y una “muestra de resistencia”, pero en realidad representa un fracaso organizativo y operativo del régimen cubano.
Durante seis meses, la unidad 3 permaneció fuera de servicio debido a una avería ocurrida tras un apagón nacional. En enero, un incendio en las salas de mandos eléctrico de la planta agravó la situación, prolongando los trabajos de mantenimiento.
El director general de la planta, José Osvaldo González Rodríguez, declaró que se trabajaba aún en la turbina del bloque 3 y prometió concluir a mediados de febrero. Sin embargo, aseguró que su sincronización con el SEN estaba prevista para la primera quincena de abril.
A pesar de este historial de tropiezos, la reactivación de la planta ha sido presentada como un triunfo simbólico, evitando cualquier rendición de cuentas. Esta forma de comunicar responde a una estrategia narrativa deliberada: aparentar solución para no reconocer el fracaso.
El caso de la termoeléctrica de Cienfuegos no es un hecho aislado, sino parte de una política más amplia de encubrimiento del colapso estructural del sistema eléctrico cubano. Los cubanos viven otra realidad: las cifras de generación no alcanzan para cubrir la demanda mínima y la programación de apagones es caótica.
Presentar como un hito el regreso de una unidad averiada, cuando debería haber estado activa semanas antes, solo subraya la desconexión entre el discurso del poder y la vida cotidiana de la población. La sincronización de la CTE de Cienfuegos representa una nueva evidencia del fracaso organizativo y operativo del régimen de Miguel Díaz-Canel.
La incapacidad del Estado para garantizar un servicio eléctrico básico y sostenido ya no puede esconderse, ni con discursos épicos ni con pirotecnia propagandística. Es hora de enfrentar la realidad y encontrar soluciones reales para el colapso estructural del sistema eléctrico cubano.
La unidad 3 de la Central Termoeléctrica “Carlos Manuel de Céspedes” ha sido finalmente sincronizada con el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), pero este logro no es lo que parece. En realidad, es un fracaso organizativo y operativo del régimen cubano.
El caso de la termoeléctrica de Cienfuegos es solo uno de los muchos ejemplos de la incapacidad del Estado para garantizar un servicio eléctrico básico y sostenido en Cuba. La situación es grave y requiere una solución urgente.
La reactivación de la planta ha sido presentada como un triunfo simbólico, pero en realidad es un intento de encubrir el colapso estructural del sistema eléctrico cubano. Los cubanos viven otra realidad: las cifras de generación no alcanzan para cubrir la demanda mínima y la programación de apagones es caótica.
Es hora de enfrentar la verdad y encontrar