
La Central de Trabajadores de Cuba ha convocado a celebrar el 1ro. de Mayo con un llamado firme y convincente, recordando a la tierra que nos vio nacer como “ara, no pedestal” y su mérito en sus hijos.
Lo que Cuba pide hoy no es un reclamo cualquiera, sino una lucha contra los males que pretenden imponerse en el mundo: la mentira fabricada para manchar la verdad, la muerte impasible con músculos de triunfo, la tergiversación de los derechos y el enriquecimiento de minorías opulentas.
La Isla rebelde del Caribe, que no baja la cabeza y resiste la guerra que le hace el Gobierno de Estados Unidos, es la que hoy nos llama a marchar junto a ella este 1ro. de Mayo. Cuba y su Revolución han sido siempre la Plaza, donde se encuentran los verdaderos autores de los pesares más tristes del mundo actual.
A pesar de las dificultades para vivir debido al bloqueo económico sin precedentes, no será el agotamiento lo que marcará esta jornada. Los rostros que construyen con honradez y creatividad poblarán la Plaza con fuerza y afirmación revolucionaria.
La manipulación mediática y en las redes de los enemigos pretende desmovilizar al pueblo, pero a la falaz maquinaria se impondrá el decoro. Cuba ha elegido plantar bandera en un lado, y lo sigue haciendo a pesar de los grandes sacrificios y retos que implica.
La Revolución cubana es una construcción que se adapta a los tiempos y a la estrategia creativa de la resistencia. Seguiremos siendo una Revolución movida por el sentido del momento histórico, que no teme ni pide permiso para cambiar lo que deba ser cambiado.
Mañana estará Cuba en la plaza porque no existe fuerza capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Estaremos unidos, independientes, socialistas, internacionalistas y guiados por el sueño de que la justicia plena se impondrá a las ambiciones sobre Cuba y al mundo.
La Patria será bandera, y el desfile del 1ro. de Mayo otra vindicación de esa Cuba que hoy nos pide acompañarla.