
La producción de miel de abejas en Sancti Spíritus enfrenta uno de sus momentos más críticos debido a una sequía prolongada y un desajuste en los calendarios de floración. A pesar de que se han acopiado 87 toneladas hasta marzo, lo que representa el 72% del planificado, el sector registra su peor comienzo de año en la última década.
Según Amaury Santander Hernández, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Apícola espirituana, las causas de este problema son múltiples. “La abeja es un reflejo de lo que sucede en los ecosistemas, el nivel de producción está en correspondencia con los procesos meteorológicos”, dijo.
Sin embargo, la crisis energética también afecta negativamente a la industria apícola. La falta de electricidad impide avanzar en la actividad y afecta directamente en la producción de miel. Además, la trashumancia se ha reducido a la mitad debido a la falta de combustible.
La apicultura espirituana tiene una dotación inferior a otros tiempos, pero según Santander, “tenemos una mejor composición del parque”. A pesar del escenario adverso, las autoridades confían en una recuperación parcial y pretenden concretar el plan anual de 700 toneladas.
La empresa estatal aspira a utilizar los dos picos productivos del año: de abril a agosto y el trimestre final. También se inició un programa de reforestación de plantas melíferas para estabilizar las floraciones y lograr una producción de miel más constante durante todo el año.
Sin embargo, las cifras actuales revelan una realidad preocupante: el sector arrastra los mismos males estructurales que golpean a buena parte de la economía cubana. La miel de abejas ha sido colocada entre los ocho renglones prioritarios de la Estrategia Integral de Exportaciones de Bienes y Servicios para el periodo 2019-2030, pero en medio de una severa crisis alimentaria, el gobierno prioriza su exportación y destina el 90% de la producción anual a mercados internacionales.