
Las olas de calor están dejando huellas cada vez más visibles en Cuba, no solo por sus temperaturas récord, sino también por su impacto directo en la salud de la población.
Indagaciones científicas recientes lideradas por el doctor Luis Lecha Estela han demostrado un aumento del indicador de mortalidad diaria asociada a estos episodios, una tendencia nunca antes detectada en el país.
Desde el bienio 2009-2010 se observa un incremento sostenido de los eventos hidrometeorológicos extremos a nivel mundial. Las olas de calor, más recurrentes, intensas y duraderas, se han convertido en uno de los fenómenos más alarmantes del cambio climático global.
Los efectos del calor extremo afectan especialmente a grupos vulnerables como ancianos, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas. En Villa Clara, donde se han realizado estudios en colaboración con entidades científicas y sanitarias, se han identificado casos de estrés térmico severo y un aumento de la mortalidad en exceso vinculada a estos fenómenos.
Los síntomas más frecuentes asociados al calor extremo incluyen sudoración excesiva, deshidratación, debilidad, mareo, calambres musculares y pérdida del conocimiento, entre otros.
Durante la reciente Convención Cuba-Salud 2025, Lecha Estela subrayó la urgencia de incorporar estos pronósticos a los planes del Sistema Nacional de la Defensa Civil, con el fin de prevenir desastres y proteger a la población ante la creciente amenaza del calor extremo.
Las advertencias del investigador radican en que Cuba comenzó a experimentar olas de calor de forma sistemática a partir de 2015. A partir de ese año, los veranos en la isla comenzaron a registrar temperaturas muy elevadas durante varios días consecutivos, con una tendencia creciente en los años 2017, 2020 y, de manera continua, en 2023 y 2024.
En ese periodo, las anomalías mensuales de temperatura global superaron el umbral de 1,5 °C respecto a la etapa preindustrial. Las perspectivas para el verano de 2025 no son alentadoras: según los modelos meteorológicos consultados por Lecha y su equipo, es altamente probable que el calor extremo se intensifique en las tres regiones del país.
La situación se agrava en Cuba con una crisis energética agudizada, a pesar de las promesas del régimen. La falta de medicamentos y una precaria alimentación complican la respuesta a estos fenómenos.
Basado en datos históricos del periodo 1979-2022, se estima que la temperatura media del aire en julio y agosto ronda los 28 °C, pero este año existe una probabilidad del 70 % o más de que se superen esos valores, con temperaturas máximas sostenidas por encima de los 33 °C.
Este incremento de las temperaturas es un fenómeno mundial. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que 2024 fue el año más cálido desde que se tienen registros, con una temperatura media global en superficie que superó en 1,55 °C la media del período 1850-1900.
Este hito representa el primer año en el que la temperatura media mundial excedió el umbral de 1,5 °C, establecido en el Acuerdo de París como lí