Las recientes decisiones de ETECSA han desatado un inesperado movimiento de protesta estudiantil en varias universidades del país. Las autoridades han limitado el acceso a internet en pesos cubanos y han privilegiado las recargas en dólares.
Nuevos videos difundidos en redes sociales muestran a jóvenes reclamando con firmeza justicia digital y acusando a las autoridades de actuar de espaldas al pueblo. Las imágenes han detonado un debate nacional sobre exclusión, desigualdad y represión institucional.
Los videos grabados en encuentros entre estudiantes, ejecutivos de ETECSA y autoridades universitarias revelan un creciente malestar. “Hoy no vengo a hablar con diplomacia, sino con dignidad”, comenzó diciendo una joven en uno de los fragmentos más compartidos.
“Esto no es una política económica, es una política invisible que separa al cubano en dos: el que tiene dólares y accede al mundo, y el que solo tiene CUP y va aislado en su propia casa”, agregó, ante la mirada incómoda de los funcionarios presentes.
La intervención, ovacionada por sus compañeros, expone la desconexión entre las decisiones oficiales y la realidad que enfrentan miles de jóvenes. “Un mensaje enviado con lágrimas puede ser rechazado por saldo insuficiente”, denunció otra estudiante, señalando que el nuevo tope mensual de 360 CUP en recargas nacionales convierte el acceso a internet en un privilegio de clase.
“Queremos que el internet deje de ser un lujo y vuelva a ser lo que debe ser: un derecho humano”, concluyó. Más allá de los reclamos por conectividad, los discursos apelan a una ética social que trasciende el aula.
“Somos universitarios, pero no estamos hablando solo por nosotros. Estamos abogando por un país entero”, dijo una estudiante que reprochó que las medidas de ETECSA no se consultaron con la ciudadanía, a pesar de los protocolos legales vigentes.
“¿Cómo van a pensar como país si no contaron con el país?”, interpeló directamente a los ejecutivos. Las consecuencias no tardaron en llegar. En Las Tunas, una estudiante de la Universidad de Ciencias Médicas denunció haber sido acosada por agentes del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) tras intervenir en una de estas reuniones.
“No quiero más personas del DTI en mi casa”, dijo en un video que se ha viralizado como consigna. Su denuncia fue respaldada por otros compañeros que aseguraron haber vivido situaciones similares, describiendo un patrón de intimidación y control.
El hecho motivó una alerta de Cubalex, organización de derechos humanos, que denunció una ola de citaciones y presiones sobre jóvenes por ejercer su derecho a la libre expresión. La ONG advirtió que estas prácticas violan tratados internacionales firmados por el Estado cubano y atentan contra la autonomía universitaria.
Mientras tanto, las universidades intentan contener la crisis. La Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana, que inicialmente había convocado a un paro, terminó desconvocándolo tras conversaciones con directivos y presiones internas.
En Santiago de Cuba, un estudiante acusó a la Universidad de Oriente de manipular la información sobre los