De unos años acá, la décima campesina y el repentismo han encontrado un espacio respetado en la Facultad de Comunicación como expresión de la cultura cubana. Estos géneros artísticos se han convertido en una parte importante de los festivales, aulas y actividades que tienen lugar dentro del entorno universitario.
La presencia de la décima campesina y el repentismo no es casualidad. En la carrera de Periodismo, varios jóvenes han llevado estos artefactos tradicionales a sus espacios naturales en el entorno universitario y citadino, los han vestido de gozo, inteligencia y genialidad oral, y los han dotado de teoría y práctica en valiosas tesis de grado que integran el reservorio investigativo de la institución.
Estamos contribuyendo a salvaguardar la décima campesina, el punto cubano, el repentismo y sus manifestaciones. Damos prioridad a un género portavoz de un discurso hecho poesía, una de las más importantes tradiciones de Cuba declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Un poco de historia es necesario para aquellos que intentan arrinconar estas expresiones culturales y para quienes soñamos con que algún día sean parte natural de cualquier segmento social, al igual que los mariachis mexicanos, los tangos argentinos, la cumbia colombiana y la samba brasileña.
La décima campesina y el repentismo tienen un rico legado en Cuba. En el período decimonónico, poetas como Francisco Poveda Armenteros, José Jacinto Milanés, Juan Francisco Manzano, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) y Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) cultivaron este arte. Además, improvisadores como Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí), Justo Vega, Adolfo Alfonso, Tomasita Quiala y Alexis Díaz Pimienta contribuyeron a desarrollar estos géneros.
La tesis “LOS POETAS TIENEN AULAS. Gran reportaje sobre la historia de los Talleres Especializados de Repentismo Infantil entre los años 2000 y 2020”, con la que Adriana Fajardo Pérez honra al poema oral, lo sustenta teóricamente y deja sentada la trascendencia de esta tradición en la conformación de la identidad nacional.
La autora otorga preeminencia a los Talleres Especializados de Repentismo Infantil, una de las primeras experiencias de enseñanza de la décima y la improvisación oral en Iberoamérica. Estos talleres dieron vitalidad y continuidad a la tradición del repentismo.
Esta minuciosa y rigurosa labor indagatoria trasciende a un libro dirigido a un público heterogéneo, pero que cautivará especialmente a los más jóvenes. Los tutores sugieren crear en la Facultad de Comunicación un taller que enseñe a pensar y hacer el periodismo y la comunicación en décimas, en punto cubano y en repentismo.
Así, los talleres en su aniversario 25 podrían lograr otro alcance. Si los primeros dieron el gran salto del campo a la ciudad, de los guateques a las tribunas por la liberación del niño Elián, de lo supuestamente innato a lo aprendido en aulas, ahora la poesía podría asaltar los medios con una manera-otra de