
Carlos Lehder, uno de los fundadores del temido Cartel de Medellín, aseguró en una entrevista con Martí Noticias que el régimen cubano encabezado por Fidel y Raúl Castro tuvo un papel crucial en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos en la década de los 80.
Según el excapo colombiano, quien ya había revelado información sobre este tema en enero de 2024, la isla sirvió como punto clave en la ruta del narcotráfico con la anuencia del alto mando militar cubano.
“Fui invitado por la dictadura castrista a establecer una ruta de tráfico de cocaína hacia Estados Unidos desde Cuba”, afirmó Lehder desde Colombia, donde reside tras cumplir más de 33 años de condena por narcotráfico en EE.UU.
Asegura que, aunque eventualmente se retiró del acuerdo, sus socios Pablo Escobar y Gustavo Gaviria tomaron el control de la operación enviando “cientos de toneladas de cocaína” con apoyo del gobierno cubano.
“Ninguna operación se podía realizar en Cuba sin la autorización de Fidel Castro”, reafirmó Enrique García, exoficial de inteligencia de la isla que desertó en 1989.
Durante el juicio en 1991 contra el exdictador panameño Manuel Antonio Noriega, Lehder declaró bajo juramento que le donó un avión a Raúl Castro como parte del acuerdo con el régimen cubano para facilitar el tráfico de droga a través de su territorio.
Esta versión es ratificada en sus memorias y fue ampliada en su reciente entrevista.
El exnarco colombiano relata que, tras llegar a Cuba por invitación del coronel Antonio de la Guardia, fue recibido con todos los gastos cubiertos por el gobierno. Durante esa primera visita de negocios, los oficiales cubanos según Lehder le dejaron claro su interés: “Necesitamos todos los dólares que podamos conseguir”.
Se le autorizó el uso de Cayo Largo como punto logístico y se le exigieron pagos en efectivo al Estado cubano, dijo.
Poco después, Lehder solicitó conocer a Raúl Castro. En una breve y críptica reunión, dice, el entonces ministro de las Fuerzas Armadas selló simbólicamente el acuerdo de colaboración.
La operación funcionó durante años hasta que en 1989 el régimen cubano ejecutó a cuatro altos oficiales acusados de narcotráfico: el general Arnaldo Ochoa, el coronel Antonio de la Guardia, el capitán Jorge Martínez Valdés y el mayor Amado Padrón Trujillo.
La llamada Causa No. 1 de 1989 fue interpretada por muchos como un intento de encubrir las conexiones del régimen con el narcotráfico y de evitar represalias legales internacionales.
Según García, exoficial de la DGI, “Fidel decidió montar ese espectáculo cuando se enteró de que había una investigación federal abierta en su contra en Estados Unidos”.
En respuesta a las revelaciones de Lehder, el Departamento de Estado de EE.UU. declaró a Martí Noticias: “No es un secreto que el régimen comunista y corrupto de Cuba tiene vínculos de larga data con los narcotraficantes”.
La administración estadounidense citó también la colaboración entre los Castro y Manuel