
El Consejo Provincial de las Ciencias Sociales de Guantánamo reconoció el grave declive poblacional que enfrenta el territorio, con una pérdida superior a los 40.000 habitantes desde 2019, según datos oficiales.
Roidis Coello Márquez, miembro de la comisión provincial para la atención a la dinámica demográfica, expuso las cifras alarmantes: de las más de 40.000 personas perdidas en los últimos cinco años, 38.000 pertenecen a la población en edad laboral.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la población actual de Guantánamo asciende a 465.429 personas, con un progresivo incremento de la emigración, tanto la externa hacia fuera de la provincia y el país, como la interna desde las zonas rurales del territorio a las zonas urbanas.
Esta fuga masiva refleja el empobrecimiento progresivo de la provincia y el fracaso de las políticas para estimular la permanencia y desarrollo de las personas, especialmente de los jóvenes. Ilustra asimismo la precariedad que golpea con más fuerza a las comunidades rurales.
Durante el encuentro, los participantes coincidieron en que “son muchos los retos sociales que imponen las tendencias demográficas de Guantánamo” y que, a su juicio, deben ser conocidos y utilizados en “una certera gestión gubernamental que propulse elevar la calidad de la población”.
En lugar de propuestas concretas, se insistió en la “vinculación” de las cifras con planes como el Estado Tarea Vida o las estrategias de desarrollo territoriales. El delegado territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Jesús Martín Pérez, también intervino para resaltar la utilidad del observatorio demográfico, aunque sin traducir esos análisis en acciones concretas.
La población actual de Cuba es inferior a los 10 millones de habitantes, con una tasa de natalidad decreciente y un alto índice de envejecimiento poblacional. La emigración masiva también contribuye a esta disminución.
La crisis demográfica impacta negativamente la economía cubana al reducir la fuerza laboral disponible, lo que limita el crecimiento económico y aumenta la carga sobre el estado para sostener a una población envejecida. Además, la disminución de la población joven afecta la innovación y el desarrollo económico del país.
El gobierno cubano no ha implementado políticas efectivas para mitigar la crisis demográfica. Aunque han mencionado la necesidad de incentivar la natalidad y frenar la emigración, las medidas concretas son escasas y la planificación se ve obstaculizada por la falta de un censo de población actualizado.