
La decisión del presidente Donald Trump de suspender la aplicación de la Ley sobre Prácticas Corruptas en el Extranjero ha generado controversia. La ley, vigente desde 1977, sanciona a empresas por sobornar a funcionarios extranjeros y congela los procedimientos penales contra estadounidenses acusados de romper la legislación.
Trump argumentó que su decisión traerá “muchos más negocios a Estados Unidos” y que la seguridad nacional depende de que el país y las empresas estadounidenses obtengan “ventajas comerciales estratégicas en todo el mundo”. Sin embargo, críticos como Samuel Farber, doctor en Sociología por la Universidad de California en Berkeley, señalan que esta decisión es parte del patrón de comportamiento de Trump como un “lumpencapitalista”.
Farber sostiene que Trump utiliza su investidura presidencial para beneficio propio y para promover los intereses de las clases dominantes. Además, se destaca la expansión de políticas impositivas y regulatorias en áreas como empleo, salud, medio ambiente y protección al consumidor.
La familia Trump ha lanzado numerosas iniciativas de negocios para lucrar con su presidencia, lo que algunos críticos califican de nueva escala de corrupción y venta de acceso. La primera familia ha visto elevar el valor neto en más de 2.9 mil millones de dólares, gracias a inversiones en Medio Oriente, Europa y México.
Entre las nuevas iniciativas de negocios se encuentran un hotel de lujo en Dubái, una torre residencial de altos ingresos en Jeddah, Arabia Saudita, dos iniciativas de criptomonedas en Estados Unidos, un nuevo campo de golf, un complejo de villas en Qatar y un nuevo club privado en Washington.
Las criptomonedas $Trump y $Melania han incrementado el valor neto personal en unos tres mil millones de dólares. Ahora, Donald Trump Jr está lanzando otra criptomoneda. La decisión del presidente ha generado críticas y ha sido vista como un intento de promover los intereses de la familia Trump a expensas de las políticas públicas y la integridad gubernamental.