
El presidente Donald Trump ha lanzado un llamado a reabrir y ampliar la emblemática prisión federal Alcatraz para recluir a los “delincuentes más despiadados y violentos” de Estados Unidos. En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump atacó frontalmente a los criminales reincidentes, las autoridades judiciales y la inmigración irregular.
Trump afirmó que Estados Unidos ha estado “plagado por delincuentes crueles, violentos y reincidentes” durante demasiado tiempo y que es hora de tomar medidas para detenerlos. Evocó gobiernos anteriores en Estados Unidos señalando que cuando la nación era más seria, encerraban a los criminales más peligrosos y los mantenían alejados de aquellos a quienes podrían dañar.
La decisión parece responder a los recientes reveses judiciales en su ofensiva contra la inmigración y al endurecimiento de sus políticas. Trump expresó que ya no serán “rehenes de criminales, matones y jueces” y que la reapertura de Alcatraz será un símbolo de Ley, Orden y JUSTICIA.
Alcatraz, ubicada en una isla de la bahía de San Francisco, fue una prisión federal entre 1934 y 1963. Su cierre respondió a los altos costos de mantenimiento. Tenerla abierta era casi tres veces más caro que otras cárceles del sistema penitenciario estadounidense.
Trump dio instrucciones al Buró de Prisiones, junto con el Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, para que reabran una prisión de Alcatraz sustancialmente ampliada y reconstruida, con el fin de albergar a los delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos.
El portavoz del Buró de Prisiones dijo que la agencia “cumplirá con todas las órdenes presidenciales” y está a la espera de más detalles para avanzar en el proceso. Por ahora, no se ha revelado quiénes serían los primeros encarcelados en Alcatraz, pero el mensaje de Trump apunta a inmigrantes sin papeles, pandilleros y reincidentes como principales objetivos.
Reabrir la prisión de Alcatraz no es solo una medida administrativa, tiene una poderosa carga simbólica que Donald Trump parece querer explotar. Alcatraz representa en la memoria colectiva una era de mano dura, aislamiento extremo y castigo ejemplar. Su nombre evoca imágenes de reclusión brutal, aislamiento extremo y control estatal absoluto sobre aquellos considerados convictos irrecuperables.
Trump no solo busca aplicar una política de endurecimiento penal, sino también enviar un mensaje político contundente. El crimen en Estados Unidos será enfrentado con métodos implacables. En tiempos de división política y tensiones sociales, recurrir a un ícono como Alcatraz puede verse como una forma de capitalizar la nostalgia por el orden y la seguridad.