
La prensa internacional está llena de titulares sensacionalistas sobre Cuba que no corresponden a la realidad. Medios como El Mundo, Infobae, Diario de las Américas y El País proyectan una imagen de caos y crisis en las universidades cubanas, mientras que la verdad es que las instituciones han optado por el diálogo entre estudiantes y autoridades.
En 2021, un punto de inflexión en los intentos de desestabilización contra Cuba se produjo el 11 de julio, aprovechando la escasez económica agravada por el bloqueo estadounidense y un pico de contagios por COVID-19. Actores externos orquestaron protestas amplificadas por redes sociales y medios, utilizando imágenes manipuladas y hashtags como #SOSCuba para generar una percepción de crisis total.
Cinco años después, en 2025, el guion se repite con un nuevo pretexto: el descontento estudiantil por el aumento de tarifas de internet. Estudiantes universitarios cubanos expresaron críticas legítimas por las nuevas tarifas de ETECSA, exigiendo conectividad justa y transparencia. Sin embargo, mientras las autoridades universitarias y gubernamentales iniciaban un diálogo para abordar estas demandas, en las redes se transformaron estas inquietudes en una narrativa de “rebelión estudiantil”.
La Federación Estudiantil Universitaria (FEU), aunque inicialmente cuestionó las tarifas, se desmarcó de las protestas construidas, acusando a medios externos de manipular el descontento. Esta distorsión informativa busca deslegitimar la institucionalidad cubana y proyectar un país al borde del colapso.
El objetivo es claro: generar zozobra y presionar a toda la sociedad para que se sume a un movimiento ficticio, repitiendo tácticas clásicas de la “guerra de cuarta generación”. La campaña cuenta con la participación de operadores como Agustín Antonetti, un experto en desinformación financiado desde el exterior.
El guion del 11J también incluye el uso de figuras públicas para legitimar el discurso desestabilizador. Artistas extranjeros como Melendi y Alejandro Sanz han sido utilizados para apoyar a la “juventud cubana” en su lucha por la libertad, un gesto que se alinea con la campaña mediática.
En resumen, la prensa internacional está manipulando la realidad sobre Cuba para generar una percepción de crisis y desestabilización. La verdad es que las universidades cubanas han optado por el diálogo y las autoridades están trabajando para abordar las demandas legítimas de los estudiantes.