
El dólar estadounidense continúa su tendencia alcista en el mercado informal de Cuba, alcanzando este sábado 370 pesos cubanos (CUP), según el monitoreo diario independiente de elTOQUE. Este incremento de un peso cubano en comparación con la víspera representa un alza de cinco pesos en apenas una semana, consolidando una racha sostenida que refleja la creciente presión sobre la moneda nacional.
La tasa de cambio del dólar se mantiene este sábado en 370 CUP, mientras que el euro también ha registrado una ligera subida y se mantiene en 385 CUP. Por otro lado, el MLC (moneda libremente convertible) permanece estable en 265 CUP.
Este repunte coincide con el inicio del mes de mayo, período que habitualmente muestra mayor dinamismo en las operaciones informales debido al envío de remesas y necesidades de abastecimiento de la población. La continua devaluación del peso cubano evidencia la desconfianza hacia las políticas económicas del régimen y deja en evidencia el fracaso del mercado cambiario oficial, alejado de la realidad cotidiana de millones de ciudadanos.
La reciente escalada del dólar no es un hecho aislado, sino un reflejo directo de una economía nacional en crisis estructural. Varios economistas advierten que Cuba atraviesa un proceso de estanflación, una combinación letal de inflación persistente, estancamiento del crecimiento económico y deterioro del empleo.
El alza sostenida del tipo de cambio informal responde, en parte, a la pérdida de valor del peso cubano, que ha visto desplomarse su poder adquisitivo. Esto impulsa una espiral inflacionaria, ya que la mayoría de los productos básicos se cotizan según precios en divisas. Simultáneamente, el país enfrenta una profunda parálisis productiva: sectores estratégicos como la agricultura, la industria y los servicios turísticos operan a niveles mínimos.
La escasez de insumos, la baja inversión y las distorsiones del mercado interno impiden cualquier recuperación económica sólida. El desempleo visible e invisible —incluido el subempleo y la migración forzosa— agravan aún más el panorama. El aumento exponencial del trabajo informal y la emigración masiva reducen la base laboral activa y minan las posibilidades de recuperación.
Esta combinación de factores confirma que la economía cubana se encuentra atrapada en un ciclo de estanflación, en el que las herramientas tradicionales de política económica parecen insuficientes para revertir la tendencia. La situación no parece cambiar pronto, y se espera que el precio del dólar siga marcando el pulso del deterioro económico en la isla.