
La guerra comercial se ha intensificado. Una nueva ronda de negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China se confirmó esta semana, con Suiza como escenario neutral para el esperado reencuentro entre las dos mayores economías del mundo.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció la iniciativa, que será encabezada por él junto al representante comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer. Ambos funcionarios iniciarán una gira diplomática este 8 de mayo y se reunirán con el viceprimer ministro chino, He Lifeng, entre el 9 y el 12 de mayo.
La reacción inmediata en los mercados fue un aumento en los futuros de acciones en Wall Street. El gobierno de Trump reiteró que la “seguridad económica es seguridad nacional” y que las conversaciones apuntan a “reequilibrar el sistema económico internacional” para servir mejor a los intereses de Estados Unidos.
China afirmó que accedió al diálogo tras una evaluación exhaustiva, pero dejó claro que solo avanzará si hay respeto mutuo y beneficios equitativos. Un portavoz del Ministerio de Comercio advirtió: “No aceptaremos chantajes”.
La posición de China es consistente en defender sus propios intereses de desarrollo y mantener el orden económico y comercial internacional. Si quiere luchar, luchará contigo hasta el final; si quiere hablar, la puerta está abierta.
El diálogo llega en un momento clave, con las medidas arancelarias impuestas por Trump que habían congelado cualquier vía de entendimiento. Sin embargo, las recientes excepciones otorgadas a sectores tecnológicos revivieron la esperanza de un posible acuerdo.
Bessent mencionó que aunque no ha habido conversaciones activas, sí existen “señales de distensión”. La frase se tradujo en optimismo para los inversionistas, que vieron en el anuncio una puerta abierta para reducir los aranceles.
Desde China, la postura sigue siendo firme: no cederá ante presiones y insisten en que toda negociación debe ser bajo condiciones de igualdad. Pese a las diferencias, ambas partes parecen dispuestas a explorar un nuevo equilibrio económico.
Este primer contacto podría sentar las bases para una fase más estructurada de negociaciones comerciales, tras años de disputa. Estados Unidos apuesta por relanzar su liderazgo global y China busca evitar que los bloqueos afecten su crecimiento.