
BEIJING–El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, afirmó que el terrorismo es el enemigo común de la humanidad y que enfrenta nuevos desafíos en la lucha antiterrorista internacional.
En la XV reunión de Asesores y Altos Representantes de Seguridad Nacional de los Brics, celebrada en Brasilia el 30 de abril, el canciller exhortó a unir fuerzas para combatir el terrorismo y se opuso a los dobles raseros y la politización de los temas antiterroristas.
China no tolera en absoluto el terrorismo, aseguró Wang Yi, y respalda la búsqueda conjunta de respuestas ante los principales problemas que ocasiona este flagelo.
Llamó a apoyar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para liderar las causas antiterroristas y promover la aplicación de su Estrategia Global contra el Terrorismo.
Wang Yi instó a fortalecer la cooperación para mantener el orden en el ciberespacio y promover la elaboración de normativas globales sobre temas como la seguridad de los datos. Asimismo, propuso la construcción de un sistema de gobernanza digital justo y razonable.
El titular de Relaciones Exteriores también mencionó los riesgos de politización, militarización y fragmentación del espacio cibernético, escenario en el cual ocurren ataques a gran escala y de larga duración. Esto no solo perjudica la colaboración digital, sino que constituye una amenaza para la paz internacional, subrayó.
Consideró que la Inteligencia Artificial (IA) debe emplearse para el bienestar de la humanidad y no convertirse en una herramienta política, ya que la exclusión de naciones del progreso tecnológico desencadenará peligros y confrontaciones adicionales.
Se refirió a la Iniciativa para la Gobernanza Global de la IA y al Plan Incluyente de Construcción de Capacidades en esa tecnología, propuestos por China. Expresó la disposición del gigante asiático de trabajar con los miembros del bloque para ampliar los nexos en ese ámbito y propiciar el empleo de la IA en beneficio de las poblaciones, con seguridad y accesibilidad.
En la reunión, el Canciller rechazó el uso del comercio internacional como un arma, y señaló que las acciones de chantaje en este ámbito agravarán la crisis de confianza entre los países y pondrán en riesgo la estabilidad global.
Se refirió al rol del bloque en la salvaguarda del multilateralismo y del derecho al desarrollo. Además, llamó a liderar la defensa del sistema global con la ONU como núcleo, y propiciar la evolución del orden internacional hacia direcciones más justas y razonables.