
El primer ministro de Bahamas, Philip Davis, liderará una delegación que se reunirá con altos funcionarios de Estados Unidos para abordar dos temas clave: la contratación de médicos cubanos en el archipiélago y las recientes restricciones de visados impuestas por Washington a funcionarios vinculados con las misiones médicas cubanas.
Según informó la secretaria de prensa de Bahamas, Keishla Adderley, la reunión responde a la preocupación expresada por el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, sobre la compensación a los médicos cubanos, a quienes acusa de ser víctimas de “trata de personas”.
Rubio ha defendido la decisión de restringir los visados a funcionarios relacionados con estas misiones médicas, consideradas por Washington como una forma de explotación laboral.
Según un informe del proyecto Archivo Cuba, basado en contratos filtrados de forma extraoficial, el régimen de La Habana se queda con entre el 83,9% y el 91,6% del dinero que paga Bahamas por cada profesional de salud cubano.
Los colaboradores apenas reciben un estipendio mensual, mientras el grueso de los pagos va a parar a la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (CSMC), una entidad estatal cubana. Por ejemplo, el contrato estipula que Bahamas paga hasta 12,000 dólares mensuales por cada “asesor especialista médico”, de los cuales solo 1,200 llegan al trabajador.
En el caso de técnicos de salud o ingenieros en computación, el país caribeño desembolsa 5,000 dólares al mes, pero el estipendio que recibe el profesional cubano apenas alcanza los 990 dólares.
A estos pagos se suman beneficios adicionales como vivienda, transporte, seguros médicos, cursos de inglés y gastos administrativos, que encarecen el costo total de cada trabajador por encima del salario local promedio.
Actualmente, más de 100 cubanos trabajan en hospitales e instituciones de salud de Bahamas como el Princess Margaret y el Rand Memorial.
El informe denuncia además que muchos profesionales están sujetos a cláusulas restrictivas que les impiden aceptar contratos independientes, les exigen confidencialidad, e incluso los exponen a sanciones disciplinarias desde Cuba.
También señala que algunos trabajan sin permisos migratorios vigentes y que están obligados a participar en manifestaciones políticas organizadas por la embajada cubana.
En una reciente gira emprendida por Marco Rubio por varios países del Caribe para abordar la situación de las misiones médicas cubanas, calificó estas misiones como una “práctica atroz” y pidió revisar caso por caso los convenios vigentes, alegando posibles violaciones a los derechos humanos y laborales.
Washington ha incluido este esquema dentro de sus evaluaciones sobre trata de personas y ha impuesto restricciones de visado a funcionarios implicados. El informe anual del Departamento de Estado estima que el régimen cubano obtiene más de 4,900 millones de dólares anuales por exportar servicios médicos, en un sistema que califica de “coercitivo y explotador”.
Pese a las denuncias, en diciembre de 2024 el ministro de Salud de Bahamas, Dr. Michael Darville, y la directora de la Autoridad de