
La reciente incorporación de un Mercedes Benz a la colección del Centro Fidel Castro Ruz ha despertado un gran debate en las redes sociales sobre las marcas de carros utilizados por los dirigentes históricos de la “Revolución Cubana”.
El vehículo que se sumó a la muestra expositiva es un Mercedes Benz modelo 500 SEL blindado, serie 126, que perteneció a Fidel Castro durante más de dos décadas. Era su carro de trabajo favorito por el confort y seguridad que ofrecía.
Durante décadas, el régimen cubano proyectó a sus líderes como hombres austeros alejados de lujos. Sin embargo, fotos históricas, registros oficiales y colecciones patrimoniales revelan otra realidad.
Los principales dirigentes de la Revolución se desplazaban en autos americanos de alta gama, jeeps militares y vehículos soviéticos reservados para la élite. Lejos de la narrativa de igualdad, la historia automotriz del poder en Cuba cuenta una verdad paralela sobre el privilegio revolucionario.
Antes de instalarse en el poder, los líderes revolucionarios se movilizaban en jeeps Willys MB de origen estadounidense. Fidel Castro fue fotografiado conduciendo estos carros y eran herramientas de propaganda militar para llamar la atención.
En los primeros años del régimen, los altos dirigentes utilizaron automóviles confiscados o heredados del período anterior. Ernesto “Che” Guevara fue retratado al volante de un Chevrolet Fleetline Deluxe de 1948, acompañado de su esposa.
Camilo Cienfuegos solía conducir un Oldsmobile Dynamic 88 de 1959, color verde, con carrocería alargada y motor potente. Este vehículo forma hoy parte de una colección patrimonial en el Museo del Automóvil en La Habana.
Celia Sánchez manejaba un Chevrolet Impala de 1960, blanco, estilizado, con matrícula oficial. Su uso reforzaba su rol central aunque no público.
A medida que la alianza con la URSS se consolidaba, la flota vehicular se transformó. El GAZ Volga M21 se convirtió en el auto oficial por excelencia. También se introdujeron Moskvitch, Lada y otros modelos asignados jerárquicamente.
Fidel Castro prefería conducir. Fue fotografiado manejando carros de distintas marcas. Una de las fotos icónicas lo muestra sentado sobre un Alfa Romeo.
En zonas rurales prefería aparecer en jeeps UAZ, para reforzar su imagen de comandante militar y en la capital solía transportarse en limusinas ZIL soviéticas blindadas.
Décadas después, la escena automotriz cambió para un mayor uso de vehículos de lujo, de las marcas alemanas Mercedes Benz y BMW.
Raúl Castro es una de las figuras amantes de los carros caros y poderosos. Durante su etapa como presidente se trasladaba en un BMW modelo X5 presuntamente blindado. Tenía una flota de al menos tres carros.
El comandante Ramiro Valdés fue fotografiado en La Habana descendiendo de un Mercedes-Benz Clase E tras un accidente de tránsito.
Sandro Castro, nieto de Fidel Castro, también es un amante de la marca Mercedes Benz. Generó un escándalo mediático con un video en que presumía conduciendo por la Autopista