
La muerte de varios inmigrantes detenidos en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome North, en Miami, ha generado preocupación y cuestionamientos sobre la atención médica de los indocumentados bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE). Según un reportaje de investigación del Miami Herald, entre diciembre y abril cuatro personas murieron en centros de detención de inmigrantes en Florida, lo que representa la mitad de todas las víctimas mortales bajo custodia de ICE en lo que va del año fiscal 2025.
El análisis de más de cien páginas de autopsias, informes toxicológicos y de defunción, así como historiales médicos disponibles sobre los inmigrantes fallecidos, llevado a cabo por nueve expertos médicos, concluyó que probablemente esas muertes se podrían haber evitado.
El caso del ucraniano Maksym Chernyak es uno de los más destacados. Este hombre de 44 años huyó de la guerra y fue internado en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome North, donde sufrió un derrame cerebral en febrero. Sin embargo, los oficiales demoraron más de 40 minutos en llamar al servicio de urgencias, lo que podría haber sido fatal.
La neuróloga Altaf Saadi, del Hospital General de Massachusetts y profesora asociada de neurología en la Universidad de Harvard, afirmó que la inmediatez en ese caso era vital. “Hubo una emergencia neurológica -alguien que no respondía después de una convulsión- y durante 45 minutos ningún médico profesional activó el 911”, dijo.
El examen médico de Chernyak en Krome mostraba valores “normales” cuando ingresó en el centro, pero con presión arterial ligeramente elevada, que se fue incrementando las dos semanas siguientes, indicativa de hipertensión, causa probable de derrames cerebrales.
La viuda de Chernyak, Oksana Tarasiuk, planea presentar una demanda de muerte por negligencia. “Estoy segura al 100% de que si no fuera por las condiciones en las que estaba, si no fuera por toda esta injusticia, seguiría vivo”, dijo.
Otro caso es el del hondureño Genry Ruiz-Guillén, quien falleció por “complicaciones de un trastorno esquizoafectivo”. Sin embargo, según los expertos, la causa de la muerte anotada por el forense no tiene sentido, ya que un trastorno psiquiátrico puede ser tratado con medicación.
El informe toxicológico arrojó que en su cuerpo había rastros de tres antipsicóticos y un antidepresivo, indicados para tratamiento psiquiátrico. Los expertos concluyeron que probablemente la muerte se debió a negligencia o falta de atención médica adecuada.
La situación ha generado una gran preocupación sobre la atención médica de los indocumentados bajo custodia del ICE y ha llevado a cuestionamientos sobre la responsabilidad y el cuidado que se les brinda.