
En el día de hoy haré referencia a un cereal que compone la fuente más importante de alimento para los pueblos: el arroz. ¿Por qué? Pues porque una lectora, Cristina López, me escribe desde España preguntándome por la receta del arroz imperial o apastelado. Se conoce esa rica receta que se elabora con capas de arroz y de carne y entre ellas se pone una capa de mayonesa. Me comenta que se dice que es una receta española y que la original se hace con salsa bechamel.
Me di a la tarea de buscar. Tengo varios libros de la cocina española y de diferentes regiones, entre ellos: Gran enciclopedia de la cocina, La gastronomía de Castilla-La Mancha, Recetas y productos de la cocina Mediterránea, Nuestra Cocina; 600 recetas de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, y El Arte de comer, entre otros, y no aparece ese plato. No quiere decir que no sea real, pero es difícil que no esté recogido en la Enciclopedia. Solo encontré una receta donde se emplea dicha salsa, el arroz casero.
El arroz no es tan solo un cereal, es la base de una cultura que se remonta a más 5 000 años. Si bien en su inicio no fue reconocido así, sino que crecía de forma silvestre en las aguas encharcadas donde se sembraba trigo y mijo, llegó a imponerse como un cultivo masivo; tomando gran importancia en la dieta de los países asiáticos. Más tarde, a través de las grandes rutas comerciales, llegó junto a otros productos a Europa y a América, convirtiéndose en una fuente importante de alimentación para los pueblos, con un gran valor culinario. Es, además, un símbolo de fertilidad y abundancia.
Existe un sin número de variedades, en muchos casos logradas por la mano del hombre, de acuerdo a su producción, sus gustos y paladar.
Para muchas personas se convierte en indispensable en la mesa y si no lo tienen es como si no hubieran comido, aunque comieran maravillas.
Muchos son los platos que se pueden hacer con él, pero en el caso nuestro, en Cuba, es el arroz blanco el que se lleva los palmares; en muchas casas le agregan, mientras lo cocinan, uno o dos ajos. Le sigue el congrí, el moro, el amarrillo y otros en menor medida. En otros trabajos he hecho referencia a otros tipos de arroces: con cebolla, con vegetales, con fideos, arroz verde, arroz con habichuelas, entre otros.
Existen muchas formas más de preparar el arroz que con un poco más nos dará una buena comida y será muy agradable, y es de lo que trataré hoy de hacerles llegar y, así, variar y lograr llenarnos, que es la forma de comer de nuestro pueblo, no es de comer para sobrevivir, sino de comer para llenarse. También algunos arroces los podemos tomar como rellenos de ajíes, berenjenas, tomates, etc.
Les traigo de la Enciclopedia las siguientes recetas, que espero le sean de