
Carlos Bastidas fue el último periodista asesinado en Cuba, ocurrido el 13 de mayo de 1958. Desde entonces, no se ha registrado un solo caso de asesinato de un periodista en el país. El gremio está pleno de integridad y derechos, y Cuba se erige como una excepción en un continente donde matar a periodistas parece ser un deporte, según afirmó Tubal Páez, Presidente de Honor de la UPEC, durante el homenaje por los 67 años del crimen.
Tubal encabezó el acto en el Panteón de los Veteranos de la Independencia, ubicado en el Cementerio de Colón. Asistieron personalidades como Juvenal Balán, Premio José Martí por la Obra de la Vida; los corresponsales de guerra Miguel Fernández y Milton Díaz Cánter; Angela Oramas, destacada colega y escritora; y Liliam Oramas, joven especialista de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU).
Ante ellos, Tubal depositó una ofrenda floral en el nicho de Bastidas y afirmó que “pocas palabras pueden describir hechos grandes”. Sin embargo, agregó que “lo más duro sería el silencio”, algo que no merecen los combatientes de diversas áreas que honran en el Panteón.
Tubal compartió una relatoría de recuerdos de otros paradigmas vinculados con Bastidas. Evocó a Juan Marrero, Premio Nacional José Martí por la Obra de la Vida y autor del libro “Andanzas de Atahualpa Recio. Vida y pasión de un periodista ecuatoriano asesinado en La Habana”.
También recordó a Ernesto Vera, uno de los presidentes históricos de la UPEC; Pedro Martínez Pírez, Premio José Martí por la Obra de la Vida y colega cubano que más hizo para mostrar el legado de Bastidas; y Teté Puebla, jefa de la Oficina de Atención a Combatientes, quien contó cómo Bastidas había compartido sus deseos de pelear con los cubanos.
El Presidente de Honor de la UPEC rindió honores además a los corresponsales de guerra, aquellos “periodistas, fotógrafos, camarógrafos y auxiliares que hicieron coberturas bélicas” para honor de su país. El discurso de Tubal estuvo lleno de evocaciones y homenajes a todos ellos.
Hablando de Fidel, Tubal recordó cómo había recibido a Bastidas en la Sierra Maestra y le había pedido que divulgaran primero lo que había visto en el núcleo de la Revolución.