
La producción pesquera en la presa Zaza, el mayor embalse de Cuba, atraviesa una crisis severa. Los peces escasean y los planes se incumplen debido a condiciones climáticas adversas y problemas estructurales significativos.
Según el periódico oficial Escambray, hasta abril sólo se alcanzó el 72.2% del plan previsto, lo que dejó sin procesar más de 250 toneladas de pescado de las 914 previstas.
La Empresa Pesquera de Sancti Spíritus (Pescaspir) alega que las frías temperaturas a inicios del año y luego, fuertes vientos y la rotura de embarcaciones y tractores han limitado las extracciones. Sin embargo, detrás de esa narrativa, hay una realidad estructural que apenas se menciona: escasez crónica de aceite, piezas de repuesto y medios de transporte.
De acuerdo con Marelys Montelongo Álvarez, especialista de Pescaspir, se están “recuperando días de pesca” y uniendo brigadas, aunque no ocultó que operan con serias limitaciones materiales. Aun así, la empresa insiste en una meta optimista: terminar 2025 con 3,035 toneladas, 28 más que el año anterior.
Actualmente, Pescaspir tiene 13 brigadas activas -tres que pescan a paño, dos con chinchorro y el resto con bocana-, trabajando con condiciones mínimas y enfrentando un escenario complejo: el embalse está cubierto por una planta invasora.
Lo “novedoso” este año —dijo Montelongo— es que, tras un tiempo sin intervenir en otras presas de la provincia, como Lebrije y Felicidad, ubicadas en Jatibonico, se están realizando allí importantes operaciones de captura. Añadió que también se trabaja en varias micropresas como Tres Palmas, La Larga e Higuanojo, donde se busca aprovechar “la presencia de biomasa con talla comercial”.
En noviembre de 2022 trascendió que, a pesar de mantenerse colocando alevines, había “menos especies en los acuatorios”, sobre todo en la presa Zaza, y que el sector de la acuicultura en Sancti Spíritus incumplía el plan de captura de pescado en embalses del territorio.
Sancti Spíritus aporta cerca del 30% del pescado de agua dulce que se captura en Cuba y en 2024, superó las 3,000 toneladas, pero el alimento apenas se ve en la red minorista o en las mesas de sus habitantes, igual que ocurre en el resto del país.
Mientras la población espirituana se pregunta por qué no se vende pescado con regularidad o se esfuma en cuanto llega, las autoridades afirman que sí se distribuye, pero la demanda es tan alta que se agota de inmediato, según expuso semanas atrás el diario oficial Granma.
El periódico alegó que la pesca furtiva también reduce la disponibilidad del producto y mencionó la realización de operativos y reforzamiento de la vigilancia en los embalses para frenar una práctica “ilegal” que persiste y encarece el precio del pescado en el mercado informal.
En marzo, el coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Rev