
Las autoridades de Florida investigan un presunto ataque de oso en el suroeste del estado que dejó un hombre y su perro muertos. El incidente ocurrió cerca del Big Cypress Wildlife Management Area, en el condado de Collier, a la intersección entre la carretera estatal 29 y la U.S. 41, al sur de la zona protegida.
Según la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC), el incidente es tratado como un ataque fatal de fauna silvestre, en el que todo apunta a la participación de un oso negro. Las autoridades aún buscan al animal, que se presume permanece en la zona.
“Por precaución, pedimos a residentes y visitantes mantenerse alerta, evitar el área, y no intentar acercarse ni rastrear animales salvajes”, declaró la FWC en un comunicado. Este tipo de ataques son extremadamente raros, pero las autoridades insisten en que los encuentros entre humanos y osos pueden escalar rápidamente si no se siguen las recomendaciones de seguridad.
El oso negro es la única especie de oso presente en Florida, con una población estimada de alrededor de 4.050 ejemplares distribuidos por todo el estado. Según la FWC, los encuentros entre osos y humanos en el estado se han vuelto más frecuentes en las últimas décadas, principalmente por la expansión urbana hacia áreas que antes eran hábitat natural de estos animales.
La clave para evitar incidentes es mantener la fauna silvestre alejada de fuentes de alimento humano como basura, comida de mascotas o comederos para aves. La FWC también pidió a los residentes que no intenten rastrear al animal y que extremen las precauciones.
Este es el segundo ataque documentado por un oso negro en Florida en 2025. El primero ocurrió en Silver Springs, el 15 de febrero, cuando un hombre fue atacado en circunstancias similares. La FWC también detalló que los osos no son territoriales ni suelen atacar humanos, pero sí pueden reaccionar con agresividad si se sienten sorprendidos o hay alimentos cerca.
Las autoridades instan a mantener basura asegurada, alimentos para mascotas bajo techo y evitar cualquier situación que pueda atraer osos a zonas residenciales. Jerome, donde ocurrió el ataque, es una zona rural cercana a áreas protegidas con alta concentración de fauna silvestre.