
Santiago de Cuba le dio un golpe mortal a Pinar del Río en la III Liga Élite y conserva sus posibilidades de incluirse en los play off del certamen. Sin embargo, le resta una alta demanda, no solo por los cuatro desafíos pendientes con el líder tunero, sino porque tiene que asumirlo casi en modo perfecto.
Esa exigencia pasa por el triunfo que logró también ayer Granma sobre los Leñadores, éxito que les mantiene vivas sus pretensiones de postemporada a los Alazanes. Pero, al igual que las Avispas, la caballería debe cubrir otro cuarteto de desafíos ante los dueños de la cima, y en idéntica condición: está precisada a no fallar.
Este viernes parecía que los pinareños iban a sostenerse con probabilidades, después de un primer inning ante los santiagueros, quienes vieron cómo su abridor, Danny Betancourt, no podía pasar del primer episodio, en el que solo pudo sacar un out. Mas, cuatro anotaciones, máxime en el capítulo de apertura, no es ventaja para el equipo más bateador del torneo liguero.
Los de Vueltabajo pudieron sortear cuatro entradas, hasta que, en la quinta, la nueva versión de la aplanadora pasó su pesado cilindro sobre la vega. En ese acto, subieron nueve registros a la pizarra, botín que se armó con dos boletos, un error, un sacrificio, seis jits, tres de ellos jonrones, y dos salidos del mismo bate, el de Yoelquis Guibert, más un doble.
Por cierto, ahora Guibert, quien probablemente no estaría con los rojinegros en los play off si clasifican, al confirmarse su contrato en el beisbol mexicano, es el nuevo líder de jonrones de la justa, con diez, y tercero de los bateadores. Es seguido en cuadrangulares por su coequipero Eduardo García (9), quien también la botó ayer, y conservó su liderazgo en impulsadas (43).
A todo eso hay que sumar la reaparición, en el inning inicial, de Yosiel Serrano, quien regresó después de una lesión. Seis actos, con siete jits permitidos, tres ponches, dos boletos y dos carreras, es una buena noticia para un pitcheo que necesita mucho de su aporte. Buena nueva también fue el cierre de Wilber Reyna, de quien las Avispas demandan sus mejores dotes.
En el Mártires de Barbados, Sammy Enrique Benítez guio el trote de los Alazanes en siete innings, en los cuales permitió tres carreras a las peligrosas hachas. Aceptó ocho indiscutibles, retiró a dos por la vía de los strikes y boleó a la misma cantidad de adversarios. Su compañero, Juan Danilo Pérez, se encargó de los últimos seis outs, sin prácticamente permitir nada, pues solo un corredor le pisó primera por cuatro bolas malas.
Mientras la lomita granmense dominaba a sus rivales, a la ofensiva, Osvaldo «Pica pica» Abreu continuó como la bujía de los momentos grandes de ese equipo, que no deja de invocar su historia, a fin de asirse a ella