
Santiago de Cuba. – Desde Guantánamo hasta Pinar del Río se extienden las vías férreas. Miles de kilómetros que enlazan a pueblos y ciudades, industrias con sus proveedores de materias primas, y han hecho de los trenes, las vías, las estaciones y los talleres, partes imprescindibles de la sociedad y la economía.
El deterioro de la infraestructura y los componentes rodantes ha sido sustantivo desde la década de los 90 de la pasada centuria. Por tales motivos, la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC) ejecuta un plan de recuperación paulatina que prioriza el mantenimiento y la reparación de locomotoras, coches de pasajeros, casillas, porta-contenedores y otros medios.
Desde su creación, hace algo más de un lustro, la Empresa de Reparación de Equipos Ferroviarios (EREF) se encarga de las reparaciones generales de los equipos en varios talleres. Los de Camagüey y San Luis destacan por su capacidad, experiencia y resultados integrales.
“Aunque la situación económica del país es compleja, hemos logrado intervenir varias locomotoras de alto porte en los talleres de San Luis, que ya están circulando”, dijo Camilo Chávez Molina, director general de la EREF. “Estamos enfocados también en las casillas y planchas porta-contenedores que permiten el traslado de insumos y combustibles”.
La conversión de ómnibus dados de baja en ferrobuses también se distingue entre los logros de la EREF. Ya circulan varios, principalmente en las provincias orientales.
Empresas como Ferrocarriles de Oriente y Rutas Nacionales ya tienen locomotoras de alto porte prestando servicios. “Cada equipo que sale de nuestros talleres presenta menores índices de fallo”, destacó Chávez Molina.
Los colectivos laborales de los mencionados talleres fueron merecedores, este año, de la condición de Vanguardia Nacional del Sindicato de Transporte y Puertos. “Lo que demuestra que el proceso de recuperación de nuestras formaciones va enrumbándose”, concluyó Chávez Molina.