
La próxima cosecha de mango en la provincia de Granma podría convertirse en una campaña marcada por la improvisación, subaprovechamiento y pérdida de miles de toneladas de fruta. Los funcionarios del sector agrícola reconocen que se espera recolectar entre 25,000 y 30,000 toneladas, lo que supera el año anterior.
Sin embargo, durante el pico de maduración -entre el 15 de mayo y el 10 de junio- la capacidad logística de acopio, transporte y procesamiento en la provincia se superará. La industria alimentaria, principal responsable del procesamiento del mango, tiene una capacidad instalada para apenas 5,000 toneladas, lo que representa menos del 20% del volumen estimado.
De acuerdo con cálculos preliminares, la oriental provincia demandará en esta cosecha unas 15,000 toneladas, incluyendo fábricas, minindustrias, mercados agropecuarios y puntos de venta. Todo ello se desarrolla en medio de una crisis de combustible que condiciona el traslado de la fruta desde zonas montañosas como Bartolomé Masó, Buey Arriba y Guisa.
“Estamos en la batalla por encontrar mercados y otros destinos para el resto del mango, porque no queremos que este se pierda”, dijo Rogelio Solano Socarrás, jefe del departamento de comercialización de la Delegación Provincial de la Agricultura. “Ordenamos los puntos de acopios, se busca su traslado con alternativas y un óptimo uso del poco combustible disponible, para que llegue al destino previsto”.
La fuente se refirió a medidas para el sistema empresarial que, según ella, evidencian una mayor motivación en los productores y un mejor encadenamiento para evitar la pérdida de la materia prima. Sin embargo, no hay detalles sobre incentivos, pagos garantizados o acceso a insumos.
La urgencia de aprovechar al máximo la cosecha incluye abastecer con precios “asequibles” a la red de comercio, gastronomía y centros sociales, especialmente hospitales y escuelas. Sin embargo, no se especifica cómo se logrará ni qué volúmenes llegarán realmente a la población.
Se prevé mantener abiertos puntos de ventas ubicados en las instalaciones de la propia industria conservera y utilizar “otras vías” de comercialización que acerquen el producto a las comunidades. La viabilidad de estas medidas dependerá, una vez más, de condiciones que el propio gobierno admite que no controla del todo.
La ineficiencia del modelo productivo lleva a la pérdida de miles de toneladas de productos agrícolas en los campos del país, pese a la grave escasez de alimentos que padecen los cubanos. Estas cosechas se pierden por la burocracia y la ineficacia de las empresas estatales del Ministerio de Agricultura en la recogida, distribución y venta de productos agrícolas.
Incluso han trascendido casos de varias toneladas de mangos pudriéndose afuera de fábricas de conservas, antes de ofrecérselos a la población. No obstante, autoridades han achacado tal situación a la escasez de combustible y otras limitaciones de recursos.
El principal problema con la cosecha de mango en Granma es la falta de capacidad logística para procesar y distribuir la fruta. Se espera una producción de