
¡Qué alegría conversar contigo después de tantísimo tiempo! Vivo en México desde abril de 2019. Fui encargado de prensa de la Confederación Panamericana de Ciclismo y llegué invitado por un amigo para trabajar en una empresa de turismo en línea. Me pidieron que impartiera conferencias sobre oralidad radiofónica en dos universidades.
He hecho muchas cosas aquí, algunas impensables antes de llegar a este gran país. Fui redactor y director de un boletín informativo para una academia de coaching y de un canal de televisión en línea. Sigo escribiendo libros sobre historias de vida cada vez que se presenta la oportunidad. También genero contenidos para licenciaturas y maestrías y trabajé como profesor de periodismo político y comunicación en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en el Instituto Superior de Computación.
Compré mi primer auto a los 62 años, que se ha convertido en mi herramienta de trabajo ya que actualmente laboro como conductor en Uber y Didi. Vivo con mi esposa Sonia, quien me acompaña desde hace casi 10 años. Mi hijo del primer matrimonio vive en Estados Unidos.
Este guajiro nació hace 63 años en el municipio rural camagüeyano de Najasa, donde viví hasta los 13 años. Mis padres de crianza se mudaron entonces a la periferia de la ciudad de Camagüey y, ¿puedes creerlo?, a pesar de mi amor por los deportes, la naturaleza no me dotó del más mínimo talento para sobresalir en ninguno, por eso mi verdadera aspiración siempre fue ser narrador deportivo.
No. Quizás surgió de mis hábitos de lectura y de radioescucha, a pesar de que en mi casa no teníamos radio. Recuerdo que casi todos los días iba a caballo a casa de unos tíos para escuchar Radio Reloj, Radio Rebelde, Radio Progreso y Radio Cadena Agramonte, la emisora provincial de Camagüey.
Eso ocurrió a mediados de 1983, como lector de la cartelera cinematográfica en una revista de Cadena Agramonte. Acababa de desmovilizarme del Servicio Militar General y conocí a Franco Carbón. Un amigo me llevó a su casa y me dio un periódico para que leyera en voz alta.
A partir de ahí, comenzó a darme clases de técnica de locución hasta que se interrumpieron en agosto de 1983, cuando fui desmovilizado y tuve que regresar a Camagüey. Con 21 años, me ponía a leer periódicos en voz alta en el portal de mi casa.
Me incorporé a un curso de formación de editores y operadores de audio como alumno oyente y mi perseverancia, el interés por aprender y el profundo deseo de trabajar en una emisora de radio fueron tales que, al finalizar el curso, estuve entre los alumnos, ya oficiales, con mejores calificaciones.
Cuando la directora de la emisora, Josefa Bracero, supo de esta realidad, indicó que se me otorgara una plaza como ayudante de taller en Radio Cadena Agramonte. Así fue como logré cumplir mi sueño de integrarme a una emisora radial.
El primer juego no lo narré por Cadena Agramonte, sino por Radio Caribe.
Mis primeros pasos en el canal local Televisión Camagüey los di en esta etapa.
Fui uno